La aerolínea nacional de Australia, Qantas, completó el viernes un vuelo de 19 horas y media sin escalas entre Londres y Sydney. El viaje sirvió para realizar una serie de pruebas que permitan evaluar los efectos de los vuelos ultralargos en la fatiga de la tripulación y el desfase horario de los pasajeros.
El avión, un Boeing 787-9 Dreamliner, despegó del aeropuerto de Heathrow, en Londres, el jueves por la mañana y tocó tierra en el de Sydney a las 12:30 del viernes, 45 minutos antes de los previsto.
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El viaje de 17.800 kilómetros (11.060 millas) forma parte del proyecto Sunrise de la aerolínea, por el que espera operar vuelos comerciales regulares sin escalas desde Brisbane, Sydney y Melbourne, en la costa este de Australia, a Londres y Nueva York.
El mes pasado, Qantas completó un vuelo directo entre Nueva York y Sydney de 19 horas y 16 minutos.
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A bordo del vuelo de Londres viajaban 52 personas, en su mayoría empleados de la compañía, que participaron en varios experimentos, incluso el uso de tecnología móvil para monitorear los patrones de sueño, el consumo de comida y bebida, la luz y la actividad física.
La decisión final sobre si los vuelos ultralargos se convertirán en una realidad se espera para finales de año. El servicio podría lanzarse en 2022.